martes, 22 de enero de 2008

Open

Aquí no hay horario de visitas. Aquí estamos 24 horas/día, 365 días/año (ya quedan menos) a vuestra disposición. Os ofrezco un completito paquete vacacional si os animáis a “padecer o disfrutar” las taitantas horas de vuelo hasta la Terminal internacional de Sydney.

Y para muestra, una Oak.

Hace unos siete meses, en el julio leonés, la rubia voceaba entre el resto de primos para organizar una quedada en Nochevieja a este lado del mundo. Y sí que tuvo éxito rotundo su llamamiento que, al final, se vino ella sola. Bueno, sola no, con Tim. Pero cumplió su promesa. Helen abrió la veda de visitas overseas de este año, y así pude pasar unas Navidades “más o menos” en familia. Y Tim por su parte colaboró con su punto aboriginal y me hizo sentirme como en casa en su idem de “moqueta-para-ir-descalzo”.

Aquí mi prima se sintió como pez en el agua en esta ciudad tan cercana y a la vez tan desesperadamente lejana para ella. Suspiró por ver el sol y se llevó de recuerdo mucha lluvia y unos cuantos koalas, y bronceado algo mate, pero al fin y al cabo, bronceado. También se llevó un diccionario bilingüe ES-Aussie made in herself y un empape general de la cultura local.

Fue mi compañera de fatigas catching the wave, algo que guardaré como oro en paño en el fondo de mi retina. Y se aficionó a acampar ahora, a su edad: las tiendas de campaña y ella, uña y carne. Sufrió los calores pegajosos de esta pequeña gran urbe, y se marchó dejándola empapada no por los sudores, sino por los chaparrones.

Posó para miles de fotos con la Ópera de fondo, en color y en blanco y negro. Se hinchó a hamburguesas, a barbacoas y a eventos al estilo “baile de fin de curso”, y a hablar inglés y a coger agujetas de sonreír. Entró en el 2008 entre Tim y yo y entre miles de aussies antiuvas. Y luego decidió estrenar el año caminando unos cuatro kilómetros sobre el Harbour Bridge, eso sí, y regalándome vistas inéditas de la ciudad a la que vino a visitarme.

Me trajo muchos abrazos de Reyes y se ha vuelto con la maleta llena de los mismos de mi parte. Y me confirmó que sigue estando igual. Y que esto está muy lejos. Y me dejó energía para los próximos meses. Espantajo, qué bueno que vinisteis. :-)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ay jander mia qué bien estuvo OZ!!y cuanto recuerdo esa manera de entrar al agua tipo La Pantoja-Maria del Monte...

Tengo que precisar que lo que anduvimos tras los fuegos artificiales no fueron 4 km. Si decimos 20, nos vamos acercando a la realidad. Nada tiene que ver con esto mi fama de exagerada...

Ay Lazy Susan, te mando muchisimos besos.

Pd- Gracias por solidarizarte conmigo, y hacer del paraguas tu gran amigo.