miércoles, 26 de septiembre de 2007

Veintidós horas cuarenta

No es la hora a la que salgo.

Son las horas que al final tardo.
Aunque siempre habrá que llegar a Londres primero…

jueves, 20 de septiembre de 2007

Dos habitantes por km2

Haciendo un cruce de variables entre extensión y número de habitantes, me corresponde compartir un kilómetro de suelo australiano con otro compañero. Me río de los minipisos españoles.

Después de largas jornadas de investigación, horas y horas en la hemeroteca cotejando datos, estudiando documentos gráficos y empapándome de la vida y milagros de los habitantes de allí donde voy, puedo confirmar que mi viaje, próximo próximo ya, parece desde fuera curioso, interesante. Para muestra, cifras con letras:

* Me voy a la ciudad más vieja de Australia (de 1788, ¡¡uy, qué vieja…!!), en la que están representadas más de 200 nacionalidades, pero me conformo con conocer a alguien medianamente autóctono, pariente de ex convictos y eso.

* Los aborígenes llevan allí más de 40.000 años; ahora se visten con camisetas de Coca-cola y gorras de los Nicks, pero la esencia es la misma; y además, disfrutan (ellos y todos) de más de 300 días de sol al año (ni en Canarias...)

* El arrecife de coral ocupa así como 350.000 km2; igual que Polonia, vamos.

* Hay tres husos horarios: este, centro y oeste. Me levantaré entre 8 y 10 horas antes que vosotros, según la estación; con un margen de +- media hora si acaso me quedo a dormir en el medio de Australia.

* El agujero de la capa de ozono más grande de la Tierra, ¿dónde? Pues sí, justo encima de, of course: 26 millones de km2 de nada...

* Son los reyes de la lana, con 160 millones de ovejas, y aún así no se ponen jersey ni en invierno, con mínimas que no bajan de los 8 grados (bah, eso en mi tierra es primavera tirando a calurosa...)

* ¡Viva la flora y fauna!: de las 20.000 especies de plantas que existen allí, 17.000 no se encuentran en ningún otro lugar; de las 268 especies de mamíferos que existen allí, más del 80% no se encuentran en ningún otro lugar; y más del 80% de los insectos y arácnidos que existen allí, tampoco. ¿Accidentes con tiburones? Bua, nada, unos 12 al año. Y lo más molón, 8 de las 10 serpientes más venenosas del mundo… sí, viven allí.

Y poco más que añadir, ya está todo controlado: en las zonas del norte sé que tengo que tener precaución al acampar, porque hay cocodrilos; que me tengo que echar repelente contra las picaduras de mosquitos, porque hay riesgo de contraer la fiebre del dengue o la fiebre del Río Ross (?); y que en las playas me tengo que bañar en las zonas acotadas, porque hay medusas y demás.

Ale, ya os dejo más tranquilos.

Apósito de hoy:
Habemus fecha: 5 de octubre.

lunes, 3 de septiembre de 2007

"Hija mía, no te podías ir más lejos"

Efectivamente.

Me voy a Australia: un año justo en la otra punta del mundo. En apenas un mes estaré al revés, a unos 17.000 kilómetros de la que en este momento es mi casa, en plena primavera del hemisferio sur.


Me marcho a las Antípodas para observar la fauna y flora que por allí abunda. Para generar un moreno que me dure hasta el año que viene. Para perfeccionar mi estilo sobre la tabla y, sobre todo, al correr tras ella. Para ver de cerca un ornitorrinco y comprobar si tiene más de orni que de rinco. Para experimentar eso de vivir en una isla, yo que soy de interior, aunque la islita en cuestión sea así como un continente. Para proporcionar destino exótico vacacional a la mitad de mi familia y parte del extranjero. Para ser la primera que celebre el nuevo año, ole! Para apreciar el arte aborigen en estado puro y calcar algún dibujito para mi salón. Para hacer un poco el payaso mirando a los ojos a algún pez ídem. Para depurar la técnica del boomerang, que ya la tengo olvidada. Para reírme del jet lag y del síndrome de la clase turista después de un viaje estimado de entre 24 y 30 horas. Para hacerme una foto en el desierto rojo y ponerla luego de fondo de pantalla al más puro estilo Windows.

Mamá, papá, me marcho a trabajar...

Prometo desde aquí fidelidad al blog y esfuerzo descriptivo en las entradas; lo de la constancia ya lo dejo en el aire. Potenciales lectores, bienvenidos.