Y eso es, sólo un esquema, una lista, mi gran descubrimiento de este año. Porque para esto sí que gusta tomar apuntes, escuchar atentamente y estudiar y ampliar si es necesario.
miércoles, 24 de octubre de 2007
La Listilla
Y eso es, sólo un esquema, una lista, mi gran descubrimiento de este año. Porque para esto sí que gusta tomar apuntes, escuchar atentamente y estudiar y ampliar si es necesario.
domingo, 21 de octubre de 2007
Encementados
¿Y qué se ve?
Y a mitad del precipicio, boca abierta: un cementerio con vistas. Aunque algunas tumbas estaban del revés (qué mala leche por parte de los herederos aún en vida…).
De nuevo contrastes: cinco de la tarde, un café para llevar y en manga corta mirando las olas. Post poético, una vez releido. Sin embargo nada más lejos.
(El tema casa queda aparcado…actualizaré…)
martes, 16 de octubre de 2007
Instrucciones para ser “El elegido”
El tema buscar casa en Australia es “bien sencillo”: tú vas y te compras el periódico con el suplemento inmobiliario, normalmente los fines de semana; al mismo tiempo, no pierdes de vista las páginas de internet de alquiler de pisos (dándole continuamente al F5 para actualizar cualquier mínimo cambio) y/o dependes de la caridad de los becarios que están aquí y rezas para que te acojan nada más llegar.
Una vez seleccionada la casa de tus sueños, esa con vistas impresionantes a la bahía, recién pintada, amueblada, cerca del centro pero con buenas conexiones para ir a la playa… pues la deshechas, obviamente, porque o bien no existe, o ni de coña entra dentro de tu presupuesto medio para la semana.
Así que sigues buscando y llegas al nivel en el que nos encontramos la mayoría de los mortales: las casas bien, vaya, bien. Y llamas a la agencia y te dan cita. Y llegas a la hora, y como tú hay otros cincuenta. Y los cincuenta entráis a la vez a ver un apartamento de 50 m2. Y todos os tiráis al cuello del Property Manager para hacerle las mismas preguntas sobre las facturas, la fecha de disponibilidad y lo más importante, la application form, la famosa application form. Ésa en la uno tiene que convencer al que alquila la casa de que es el mejor candidato, con el mejor sueldo, con el premio al más limpio, con el nombre más raro o con la cara más simpática. Porque aún no sabemos qué criterio siguen para elegir al elegido. El caso es que toca hacer la pelota, y después de haber acabado el colegio hace tiempo, uno está desentrenado para eso.
Y así nos va. Mientras tanto, sobrevivimos en un literalmente “alojamiento ajustadito al bolsillo” regentado por un indio enorme que abre los ojos como dos paellas cuando le hablas, que vivió en Vigo y que conoce a “Juan Carlos, sí hombre, el Rey, y a ésta, su mujer, cómo se llama, ah, sí, Sofía…”
Sólo ha pasado una semana. A ver si ésta por fin puedo descubrir lo que guarda el fondo de mi maleta…
lunes, 15 de octubre de 2007
“No sabía yo que los chinos se ponían negros”
Tarde de octubre, y la gente bañándose, aunque no tenía el agua pinta de escaldarte la piel.
El caso es que esa ya es una playa típica australiana en una zona típica australiana, al menos típica desde los tópicos. Casas playeras, tiendas mezcla surf-Fuencarral, surferos y surferas con la tabla bajo el brazo, el safe guard paseando al trote de un lado a otro por la orilla, camisetas de Zara que destacan entre tanta Quicksilver, Billabong, Roxy y compañía.
En fin, lo que uno se imagina, salvo los mitos que se caen:
Ayer domingo, tocó de nuevo día de playa. Coogee se llama ésta. Sol y aguas verdosas. Y vigilantes de la playa. No todos los australianos son cachas y están morenos; más bien al contrario, diría que tiran a tonos rositas y, en fin, una imagen de aquí el amigo Baywatch lo dice todo (por supuesto, hay excepciones, hasta chinos que se ponen negro tizón).
miércoles, 10 de octubre de 2007
El día que nunca existió
El viaje dio para mucho: ¿la rutilla? Madrid-Londres-(Singapur)-Sydney.
Entre mientras, cenas y cenas, desayunos British, una siesta de unas nueve horas, turbulencias y descensos bruscos varios, 31ºC a las 6 de la tarde, -57ºC a las 4 de la mañana, un recoge-carritos en el aeropuerto singapureño que tenía unos cien años, masajitos en los pies en el mismo aeropuerto, calcetines+antifaz+mantita y almohada para empezar películas y no terminarlas, fumigación en el avión (Daniel Esteban, tenías razón), un aborigen, ¡mi primer aborigen!, una first class que dejaba con la boca abierta, una clase turista que olía a croquetas cuando recalentaban la comida, un abrocharse el cinturón sobre la manta, ¡menuda imagen…!, un auténtico Cocodrilo Dundee andando sonámbulo al baño con el antifaz de antes sobre la frente, bfff, una niña que cantaba adorando a Mary Poppins, un poli singapureño que al verme el pasaporte dice “Lobles, Lobles.. glacies”, estiramientos pro-circulación sanguínea en los aeropuertos, un intento de colegueo fingido con el hombre de la aduana que eligió mi maleta para abrirla y resobar mis cosas...
Y ahora llevo un par de días aquí. Por fin sé lo que es el jet lag…¡anda que no nos estamos conociendo bien él y yo! Levantarme a las 6 y media de la mañana para ir a trabajar no tiene precio; despertarme a las 5 de la mañana ojiplática tampoco; y ya lo de estar zombi todo el día, como de resaca larga, e irse muerta de sueño a la cama a las 8 de la tarde es el colmo.
La ciudad, bien, gracias: abarcable, tranquila, occidental y llena de asiáticos, con casitas muy pequeñas, adosaditas, al lado de rascacielos que parecen un decorado de corta y pega, y con más asiáticos, con pocos españoles, (aunque a todos ellos nos los hemos encontrado ya por la calle), con semáforos que duran una micronésima en verde, con aborígenes en continua resaca, ¿¡será el jet lag!?, con la posibilidad de vivir las cuatro estaciones en un solo día, con australianos típicos de chanclas aunque llueva y tabla bajo el brazo, y Ezté, sí, ya vi la Ópera así que ya me puedo volver.
jueves, 4 de octubre de 2007
An Earth without maps
Mis compañeros “seismesinos” ya se han ido (esto es como el proyecto, hasta el último día no me toca, y ya todos van pasando)…mi familia ya me ha llamado para desearme buen viaje (los que han podido me han visto y me han dado los “cachetes-típicos-para-una-sobrina-que-se-va”)…mis amigas ya se han despedido hasta no sé sabe cuándo (cuántos momentos voy a echar de menos)…mi casa ya con calefacción me dice adiós, casi con una sonrisa torcida (tiene ganas de recuperar el orden tras el caos-maleta del último momento)…y tengo un blog. Hasta ahí, cumplo con el protocolo.
Y bien: todo lo que viene ahora es incierto. Como ET, mi casa, mi teléfono, mi oficina... aún están espesos en el horizonte. Las expectativas son buenas, la temperatura en destino anima, la diversión está asegurada. Pero yo hoy estoy falta de reflejos. Voto porque en 2008 podamos teletransportarnos.
Aún no me hago a la idea. Mientras recojo mis últimos resquicios leoneses, me voy ambientando... Y allí os espero.