viernes, 1 de agosto de 2008

Y ni me enteré

La navidad llegó y se marchó a ritmo de frikismo y Homer Simpson en el salón. Recreamos las campanadas con Ramonchu y su capa, y tiramos de los restos de El Almendro que aún quedaban desde el verano.
Y dudamos si subir a Baqueira o bajar a Sierra Nevada. Así que optamos por el Monte Kosciusko, que es lo más alto que nos pilla a mano, y ale, colina abajo colina arriba hasta que la ventisca y la poca impermeabilidad de nuestros pantalones vaqueros nos obligaron a aparcar el trineo.
Después de este descubrimiento en las Snowy Mountains, a este país ya no le falta de nada. Australia también usa cadenas.

Y entre unos y otros, la oficina empezó a llenarse de posters. No damos a basto con tantas Relaciones Públicas. Los vecinos de planta nos miran con desdén; su puerta en comparación con la nuestra nunca tuvo tantos complejos.
Se acabó julito.

1 comentario:

Ele dijo...

Puf, ¡qué lejos me queda el tema de la nieve ahora!. Pedazo de ola de calor que tenemos aquí y yo ya sin vacaciones :-( (así que te prohibo en las próximas entradas publicar imágenes de playas paradisíacas).