Los atardeceres y los amaneceres. Que se inventaron en Kakadu, provincia de Darwin. Porque Darwin para nosotros no ha tenido más que aeropuerto de ida y vuelta, y el resto lo hemos encontrado en mitad del Parque Nacional, uno de los pocos que son a la vez Patrimonio de la Humanidad tanto natural como cultural. Ahí es nada. Como nada hubo que se nos quedara en el tintero.




Regala reflejos, completamente simétricos, escandalosamente bonitos.










